Bentham en Tratados de Legislación Civil y Penal diría que las "Simpatías y antipatías" no son razón y que el llamado a las antipatías o simpatías del pueblo pueden ser argumentos que se tornan muy poderosos. Sin embargo,diría que muchos proyectos legislativos se estrellan con la idea de que esto va en contra de lo que quiere "El Pueblo". Sobre este punto Bentham estableceríaque esto es un argumento falaz, ya que la entelequia "Pueblo" solo es una entidad ficticia que sirve solamente para ratificar lo que piensan los más influyentes. Sobre este punto dice que, "El nombre del pueblo es una firma contrahecha para justificar a sus jefes".
El pasaje completo dice lo siguiente:
"...Los mejores proyectos sobre las leyes se estrellan frecuentemente contra esta objeción vulgar: la preocupación se opone: el pueblo se ofendería y lo sentiría. ¿Pero cómo se sabe esto? ¿Cómo se ha consultado la opinión pública? ¿Cuál es su órgano? ¿Tiene el pueblo entero el mismo modo de pensar? ¿Tienen todos los individuos la misma opinión, incluyendo las diecinueve vigésimas partes que nunca han oído hablar del asunto? Además ¿porque la muchedumbre esté engañada ha de ser condenada a permanecer eternamente en el error? Las ilusiones que causan las tinieblas ¿no se disiparán con la luz del mediodía? ¿Cómo se quiere que el pueblo haya podido abrazar la sana razón cuando no la conocían los legisladores, ni los sabios de la tierra? ¿No tenemos el ejemplo de otros pueblos que han salido de la misma ignorancia, y en que se ha triunfado de los mismos obstáculos?
Después de todo, las preocupaciones vulgares son más veces puros pretextos que motivos, y hacen servir de pasaporte cómodo para las necesidades de los hombres de Estado. La ignorancia del pueblo es el argumento favorito de la pusilanimidad y de su pereza, cuando los verdaderos motivos son las preocupaciones de que no han sabido librarse ellos mismos. El nombre del pueblo es una firma contrahecha para justificar a sus jefes" (Jeremías Bentham, Tratados de Legislación Civil y Penal, Buenos Aires, Valleta, 2005 p. 62).
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